Esta posible inflexión en la política exterior se alinea con un movimiento creciente de países europeos y ha generado un amplio debate nacional.
El primer ministro, Luís Montenegro, comunicó que el procedimiento podría concluirse durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York. La decisión surge tras la participación de Portugal en una conferencia internacional en la ONU, donde, junto a otros 14 países, firmó una declaración conjunta manifestando esta intención. El Gobierno supedita el reconocimiento a una serie de condiciones por parte de la Autoridad Palestina, como la condena al terrorismo del Hamas y su desarme, la liberación de rehenes y el reconocimiento del Estado de Israel. La iniciativa fue mayoritariamente bien recibida en el espectro político portugués, aunque con matices. Partidos de izquierda como el PS, BE, PCP y Livre, aunque apoyan la medida, la consideran “tardía”. El candidato presidencial Luís Marques Mendes la calificó de “inevitable”, mientras que António José Seguro la describió como un “paso profundamente político y moral”. Por su parte, el líder del Chega, André Ventura, defendió que la decisión debería ser concertada a nivel europeo, advirtiendo que “no podemos, en ningún caso, reconocer un Estado que es dominado por fuerzas terroristas”.
La embajadora de Palestina en Lisboa, Rawan Suleiman, consideró la intención portuguesa como “muy valiente”.