Aunque el ministro señaló que las aeronaves no estarán operativas este año debido al tiempo necesario para la instalación y la formación, la inversión representa un fortalecimiento estratégico a mediano plazo del dispositivo aéreo.

Esta medida responde a la necesidad de contar con medios de gran capacidad para enfrentar incendios de gran magnitud, un desafío cada vez más frecuente. La compra se enmarca en un conjunto más amplio de decisiones para reforzar los medios de combate, que incluye helicópteros Black Hawk y aviones Canadair previstos para los próximos años, demostrando un compromiso gubernamental con la modernización de los recursos frente a la creciente amenaza de los incendios rurales.