La ministra de Trabajo, Maria do Rosário Palma Ramalho, justificó la medida alegando la existencia de "abusos por parte de algumas trabalhadoras", afirmando que "as crianças parece que continuam a ser amamentadas para dar à trabalhadora um horário reduzido (...) até andarem na escola primária". Estas declaraciones fueron calificadas como "infelizes e levianas" por el exministro de Trabajo, Vieira da Silva, quien señaló que el tema "sempre foi pacífico para as confederações patronais".
La Asociación Portuguesa de Familias Numerosas (APFN) expresó su preocupación, afirmando que un Gobierno que ve la paternidad "pela perspetiva da suspeição" está "condenado a piorar um cenário já de si difícil". Además, la reforma propone cambios en el horario flexible para padres con hijos menores de 12 años, dificultando la negativa a trabajar en turnos nocturnos o fines de semana, y revoca el artículo sobre el luto gestacional remunerado. El Gobierno asegura que la reforma será "favorável à família", pero las críticas se multiplican, señalando una posible precarización y una agenda ideológica que prioriza los intereses empresariales sobre la conciliación familiar y la protección de la natalidad.